divendres, 29 de maig del 2009

Un nuevo género de homínido en el Abocador de Can Mata

Esta semana publicamos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, USA (PNAS) la descripción de un nuevo género de gran simio antropomorfo (Primates: Hominidae). Se trata de un trabajo (Moyà-Solà et al., 2009b) llevado a cabo por un equipo de científicos vinculados al Institut Català de Paleontologia. Lo hemos bautizado con el nombre científico de Anoiapithecus brevirostris. El nombre genérico está dedicado a la comarca catalana de l'Anoia (en la provincia de Barcelona), mientras que el epíteto específico hace referencia a la cara extraordinariamente corta que presenta.

Fotografía de la reconstrucción de IPS43000, el holotipo de Anoiapithecus brevirostris, depositado en el Institut Català de Paleontologia.

Los restos de Anoiapithecus fueron hallados en el año 2004 en la localidad C3-Aj del Abocador de Can Mata, donde FOSSILIA Servis Paleontològics i Geològics, S.L. lleva a cabo un control paleontológico sistemático de la remoción de sedimentos fosilíferos por parte de maquinaria pesada, debido a la ampliación de dicho vertedero.

Panorámica de las excavaciones en el Abocador de Can Mata durante la campaña 2008. Reproducida con permiso de FOSSILIA.

Control preventivo de una giratoria por parte de los paleontólogos del Abocador de Can Mata. Fotografía reproducida con permiso de FOSSILIA.

La descripción del nuevo género y especie se ha llevado a cabo a partir de una cara y mandíbula asociadas, con una edad estimada de 11.9 Ma (millones de años antes del presente), correspondiendo pues al Aragoniense superior (Mioceno Medio tardío). Junto con los otros hominoideos fósiles recuperados hasta el momento en otras localidades del Abocador de Can Mata (Pierolapithecus catalaunicus y Dryopithecus fontani; véanse Moyà-Solà et al., 2004, 2009a), Anoiapithecus brevirostris se clasifica en la tribu Dryopithecini, dentro de la familia Hominidae, que incluye tanto a los orangutanes y formas fósiles estrechamente emparentadas (subfamilia Ponginae), como a los grandes simios antropomorfos africanos (gorilas, chimpancés, y bonobos) y a los humanos (subfamilia Homininae).

Restos de los tres homínidos recuperados hasta la fecha a partir de diversas localidades del Abocador de Can Mata: fragmentos maxilares y mandíbula de Anoiapithecus brevirostris; cara de Pierolapithecus catalaunicus; y fragmentos maxilares de Dryopithecus fontani.

Además de describir el nuevo taxón, como requieren los procedimientos estándar de taxonomía (regidos por el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica), se estudia su posición filogenética, es decir, su parentesco con los homínidos vivos y con los homínidos fósiles conocidos hasta la fecha. En base a estas conclusiones, se analiza el origen de este grupo desde un punto de vista biogeográfico, llegando a la conclusión de que el área mediterránea desempeñó un papel crucial en el origen y diversificación inicial de este grupo.

Cladograma que muestra la relación de parentesto entre los grandes simios antropomorfos y los humanos actuales, así como la composición de la familia Hominidae desde un punto de vista moderno. Imágenes de Wikimedia Commons.

Espero que a nadie le dé por afirmar que se trata nuevamente del eslabón perdido, pues tal cosa no existe. Hay multitud de formas tradicionales, algunas de ellas conocidas a partir del registro fósil, y otras muchas pendientes de descubrir. En caso que nos ocupa, Anoiapithecus, se trata de una especie que presenta una combinación de características previamente desconocida en el registro fósil, y que destaca por presentar una cara muy plana (de ahí el epíteto específico, que significa "morro corto”). Según nuestra hipótesis, no es que Anoiapithecus esté más estrechamente relacionado con los homínidos corona de lo que estaba Pierolapithecus. Pero mientras éste último, gracias a su esqueleto postcraneal parcial, nos daba mucha información sobre el origen del plan corporal erecto (ortógrado), el cráneo de Anoiapithecus confirma algunas hipótesis previas sobre cuál es el grupo hermano de los homínidos (es decir, el clado de los grandes simios antropomorfos y los humanos).

Reconstrucción del aspecto de Anoiapithecus brevirostris en carne y huesos, mediante un dibujo de Marta Palmero. Reproducido con permiso del ICP.

Así, se había propuesto con anterioridad que los géneros Griphopithecus y Kenyapithecus (clasificados en la tribu Kenyapithecini, dentro de la familia Afropithecidae) estaban estrechamente emparentados con los homínidos. Ello se basaba tanto en algunos caracteres anatómicos, como en su situación temporal y geográfica (se encuentran a partir de 15-14 Ma, tanto en África como en Eurasia). Sin embargo, la naturaleza fragmentaria de los restos. Anoiapithecus, combina una configuración facial moderna típica de gran antropomorfo (zigomático alto, obertura nasal más ancha en la base...) con una serie de características primitivas presentes en los kenyapitecinos (esmalte dental grueso, aparato masticatorio robusto...).

Todo ello sugiere que, tras la llegada de los kenyapitecinos desde el continente africano, la familia Hominidae se originó y empezó a diversificarse localmente en Eurasia, dando lugar tanto a ponginos (ya encontramos a un pariente de los orangutanes, Sivapithecus, en Asia hace 12,5 Ma) como a homininos (el grupo que incluye a los grandes simios africanos y a los humanos). Aunque la escasez del registro africano durante el Mioceno Medio no permite afirmarlo con certeza, los datos disponibles actualmente sugieren que los homininos se originaron en Eurasia, y no migraron de nuevo hacia África hasta el Mioceno Superior, danto lugar tanto a gorilas y chimpancés como a los humanos. No puede excluirse completamente, sin embargo, que ponginos y homininos evolucionasen independientemente, en Eurasia y África respectivamente, a partir de distintos ancestros kenyapithecinos. Esperamos que nuevos descubrimientos, en el Abocador de Can Mata o otros lugares del mundo, arroje más información sobre la diversificación inicial de los grandes simios antropomorfos, aunque no hay duda que la región mediterránea jugó un papel mucho más significativo de lo que habíamos sospechado con anterioridad.

Charles Darwin, autor de El Origen de las Especies (1859), a partir de cuya publicación los orígenes humanos dejaron de ser sólo una inquietud humana, para convertirse en un tema de investigación científica. Imagen de Wikemedia Commons.

Conocer el lugar que los seres humanos ocupamos en la Naturaleza ha sido desde siempre una de las inquietudes más inextricablemente humanas, y desde la publiación del Origen de las Especies de Darwin, también es una inquietud científica genuina. Sin duda es antropocéntrico dar mayor importancia a este descubrimiento que a la descripción de una nueva especie de carnívoro. Pero no puede negarse que la evolución humana, y la de nuestros parientes más cercanos, los grandes simios antropomorfos, despierta un interés especial. Y en definitiva, en este sentido los científicos nos debemos a toda la sociedad, y tenemos el deber de socializar y difundir nuestros descubrimientos. Como decía Geoge Gaylord Simpson (1950, p. 337), "El más brillante de los genios es un eunuco intelectual si su conocimiento no se disemina tan ampliamente como sea posible".


Puede que la descripción e interpretación de Anoiapithecus no sea tan importante como el descubrimiento de una nueva vacuna, o de una cura contra el cáncer. Pero almenos ahora comprendemos un poco mejor de dónde venimos, aunque seguramente no sepamos aún a dónde vamos.

Referencias:
  • Moyà-Solà, S., Köhler, M., Alba, D.M., Casanovas-Vilar, I. & Galindo, J. (2004). Pierolapithecus catalaunicus, a new Middle Miocene great ape from Spain. Science, 306: 1339-1344. DOI: 10.1126/science.1103094 pdf
  • Moyà-Solà, S., Köhler, M., Alba, D.M., Casanovas-Vilar, I., Galindo, J., Robles, J.M., Cabrera, L., Garcés, M., Almécija, S. & Beamud, E. (2009). First partial face and upper dentition of the Middle Miocene hominoid Dryopithecus fontani from Abocador de Can Mata (Vallès-Penedès Basin, Catalonia, Spain): taxonomic and phylogenetic implications. American Journal of Physical Anthropology, 139: 126-145. DOI: 10.1002/ajpa.20891 pdf
  • Moyà-Solà, S., Alba, D.M., Almécija, S., Casanovas-Vilar, I., Köhler, M., De Esteban-Trivigno, S., Robles, J.M., Galindo, J. & Fortuny, J. (2009). A unique Middle Miocene European hominoid and the origins of the great ape and human clade. Proceedings of the National Academy of Sciences, U.S.A. pdf
  • Simpson, G.G. (1950). The Meaning of Evolution. A Study on the History of Life and of Its Significance for Man. Yale University Press, New Haven.

dilluns, 25 de maig del 2009

El viatge en el temps profund de George Gaylord Simpson

Als paleontòlegs ens agraden els reptes. Si no, com s'explica que, tan fàcil que seria estudiar bitxos actuals (que es poden observar movent-se, menjant, etc.), ens dediquem a descriure i estudiar la paleobiologia d'éssers extingits, i dels quals només en tenim les restes fragmentàries i escadusseres?

Pot ser que part de l'encant de la nostra professió, a nivell científic, sigui el fet que fer inferències paleobiològiques representa un repte intel·lectual considerable. Però aquesta no pot ser l'única explicació. Per aquells qui ens dediquem a la paleontologia impel·lits per una qüestió vocacional, bona part és també deguda a la fascinació que sentim pel temps profund, és a dir, aquell que es mesura en milions d'anys. El futur no existeix, almenys des de la nostra perspectiva, però el passat ja s'ha esdevingut... està allà, en forma de fòssils, esperant que els descobrim els seus secrets.

Aquesta és l'única possibilitat que tenim. Però en el Blog de l'ICP (Institut Català de Paleontologia) acabo de publicar una ressenya bibliogràfica del llibre The Dechronization of Sam Magruder (1997), una novel·la de ciència-ficció publicada pòstumament per l'il·lustre paleontòleg George Gaylord Simpson (1902-1984), i que ens parla d'un viatge al passat, quan encara els dinosaures no s'havien extingit... Qui deia que en un mateix post no es pot parlar alhora de paleontologia, viatges en el temps, Cròniques Vampíriques, i Blade Runner? Inclús hi ha una citació del Silmaríl·lion de Tolkien. (Sí, sí, ja sé que faltava dir alguna cosa d'Star Wars, però potser hauria sigut excessiu, no?)


En tot cas, de vegades la literatura és imprescindible... No només per a sobreviure en aquest món, el nostre, sinó també per intentar entendre, ni que sigui una mica, perquè fem el que fem. George Gaylord Simpson, tot i ser un paleontòleg reconegudíssim, va decidir escriure una novel·la, que ni tan sols es va plantejar seriosament de publicar. Hem de donar les gràcies a una de les seves filles pel fet d'haver rescatat, uns anys després de la mort del seu pare, el manuscrit d'un bagul. A primera vista, es tracta d'una novel·la on l'autor utilitza un recurs clàssic de la literatura de ciència-ficció, els viatges en el temps, per endinsar-se en el temps profund i recrear com era el món dels dinosaures, ara fa uns 80 Ma.

Però en realitat, la novel·la de Simpson no ens parla tant de com eren els dinosaures (o més aviat, de com es creia en l'època de Simpson que eren els dinosaures), sinó de com era el propi Simpson en tant que persona i com a científic. El protagonista de la novel·la, en Sam Magruder, és una mena d'alter ego de Simpson dut a l'extrem, i els seus temors probablement es puguin fer extensius a la resta de la professió i a qualsevol científic en general. Per què fem el que fem, i per què ens dediquem al que ens dediquem?

Cadascú haurà de cercar la seva resposta; Simpson ens dóna la seva al final del llibre, en boca del seu alter ego de ficció, Sam Magruder: "There could be no hope and no reward. I always recognized that bitter truth. But I am a man, and a man is responsible for himself".

dimecres, 20 de maig del 2009

Darwinius, missing links i el perquè de tot plegat


En un atac de bogeria noctura, avui no se m'ha ocorregut una altra cosa que crear un blog... A veure quant trigo a penedir-me'n...

Els motius que m'han dut a cometre tal monumental tonteria segurament són complexos i difícils d'entendre fins i tot per mi mateix, però en bona part es poden resumir com una mena d'indignació continguda, relacionada amb la publicació d'un article a PLoS ONE on Franzen et al. (2009) descriuen Darwinius masilae, una nova espècie de primat adapoïdeu de la família dels Notharctidae. La repercussió mediàtica que ha tingut aquesta publicació ha estat sorprenent... però si fins Google ha dedicat el seu logo d'avui al nou fòssil!!!


La pregunta és: n'hi havia per tant? Doncs depèn... Potser la importància dels descobriments tecnològics es pot mesurar en termes objectius: quantes vides salvarà una nova vacuna, quin són els darrers progressos en la cura del càncer, etc. Però la paleontologia no serveix per altra cosa que no sigui enriquir-nos a nivell de coneixement (noble empresa, sens dubte), i aquest enriquiment personal no es pot mesurar de forma gaire objectiva. Tot depèn de l'interès que desperti en la gent.

El cas és que he aquesta nit he acabat anant de convidat a les notícies noctures de Barcelona Televisió, en qualitat d'"expert del dia" (expert en primats fòssils, concretament), per a respondre preguntes sobre el bitxo en qüestió. Sap una mica de greu anar als mitjans a parlar dels descobriments d'altri, en compes dels propis. Però he accedit a fer-ho en tant que considero bàsic socialitzar el coneixement científic... Potser molts dels meus col·legues no se n'adonen, però la nostra utilitat (a nivell social, em refereixo) depèn de l'interès que siguem capaços de despertar en la gent! Així com les administracions financen la nostra recerca, és (o hauria de ser) la nostra obligació ètica contribuir a socialitzar aquests coneixements. He d'admetre que m'ho he passat la mar de bé durant l'entrevista, en la qual he intentat contextualitzar el descobriment i la seva importància en la seva justa mesura.

Les dues meitats de l'holotip de Darwinius masilae, reproduït a partir de la Figura 1 de Franzen et al. (2009).

El fòssil en qüestió és espectacular. Un esquelet pràcticament complet d'un primat de l'Eocè, fa uns 47 Ma, preservat exquisidament gràcies a les particulars condicions del jaciment de preservació excepcional de Messel (Alemanya). Els esquelets complets són freqüents en aquest jaciment, però els primats fòssils, fins i tot a Messel, són rars. I aquí rau la importància del descobriment.

Lamentablement, m'he hagut de passat gran part de l'entrevista desmentint els titulars que s'han publicat en els mitjans, i que, us ho asseguro, no es desprenen en absolut de la lectura de l'article. Que si es tracta de la baula perduda... Que si és un element clau en l'evolució humana... Fins i tot s'ha arribat a dir que seria la forma de transició entre els mamífers i els primats (com si fes falta algun fòssil per arribar a la conclusió que els primats són mamífers!).

No sé si aquesta distorsió tan manifesta de la informació és atribuïble als autors de l'article, als periodistes, o a tots plegats (opció, aquesta segona, gens descartable, donada la magnitud de la tragèdia). El fet que se n'estiguin preparant múltiples reportatges segur que ha contribuït, però és que les declaracions del naturalista i documentalista britànic David Attenborough (recollides per LifeNews) són palesament excessives: "la petita criatura ens mostrarà la nostra connexió amb la resta dels mamífers" o "La baula que fins ara hauríen dit que estava perduda... ja no està perduda". Ufffff!

Sigui de qui sigui la culpa, és lamentable haver de recorrer a manipulacions informatives per donar(-se) autobombo i plateret... L'honestedat (científica, en aquest cas) acaba sent una eina molt més profitosa, em fa l'efecte. Quan els paleontòlegs troben un fòssil espectacular, com podria ser Tiktaalik roseae (una forma de transició entre els peixos i els tetràpodes; vegeu Daeschler et al., 2006), a ningú se li ocorre justificar la seva importància en base als humans. Però ai las, en el cas dels primats, la temptació antropocèntrica deu ser massa forta, i algú, en el procés que mena des de l'article original als posts d'internet o inclús a les notícies dels diaris, no pot evitar d'afirmar que és "la" (sí, sí, en singular) baula perduda de l'evolució humana.

Reconstrucció de Tiktaalik roseae, un exemple de les incomptables formes de transició que trobem al registre fòssil, que en aquest cas il·lustra la transició entre els peixos sarcopterigis i els tetràpodes. Imatge d'Arthur Weasley reproduïda a partir de Wikimedia Commons.

Als evolucionistes no ens agrada la noció de baula perduda, perquè l'evolució no és un procés lineal, sinó més aviat un procés de tarannà arbustiu, en què el canvi al llarg del temps se solapa amb la diversificació dels llinatges. No hi ha una única baula perduda i, de fet, estrictament parlant hauriem de referir-nos a "formes de transició" en comptes de "baules perdudes". Darwinius dista molt de ser una forma transicional com podria ser Tiktaalik o l'arxiconegut Archaeopteryx, però ni que ho fos, no calia recórrer a l'evolució humana per justificar-ne la importància.
L'holotip de Darwinius és un fòssil espectacular, per la seva complitud i preservació excepcionals, que sens dubte contribuirà de manera important a la recerca paleontològica sobre l'evolució dels primats, i que ens ajudarà a conèixer com eren els primats d'Eocè i quines són les relacions de parentiu entre diversos grups de primats... Quina necessitat hi havia de vendre la moto?

Sisplau, no menystinguem la gent del carrer que s'interessa pels fòssils i l'evolució, i que s'apassiona per la bellesa dels fòssils i el coneixement que atresoren... Són molts més del que nosaltres, els científics paleontòlegs, sovint arribem a copsar; i ni que fossin una minoria (cosa que dubto), es mereixerien igualment un tracte honest. Deixarem algun dia de mirar-nos el melic?

Seguirem informant...


Referències:

Daeschler, E.B., Shubin, N.H., and Jenkins, F.A., Jr. (2006). A Devonian tetrapod-like fish and the evolution of the tetrapod body plan. Nature, 440:757–763. doi
:10.1038/nature04639 pdf

Franzen, J.L., Gingerich, P.D., Habersetzer, J., Hurum, J.H., von Koenigswald, W., and Smith, H. (2009). Complete primate skeleton from the Middle Eocene of Messel in Germany: Morphology and paleobiology. PLoS ONE 4: e5723. doi:10.1371/journal.pone.0005723 pdf